Blog de Fátima Soto, Astróloga desde 1981, conocedora del Tarot desde 1979.
domingo, 30 de enero de 2011
TRABAJOS QUE REALIZO EN ASTROLOGÍA
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Fátima Soto
CARTA NATAL: Estudio de personalidad a través de la carta natal. Aquí podemos ver cuáles son nuestras potencialidades, recursos, puntos débiles, retos existenciales y espirituales, pautas repetitivas en las relaciones afectivas, etc...
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COMPARACIÓN DE CARTAS: Estudio de dos cartas comparadas. Ideal para parejas, padres e hijos, amigos, socios comerciales. Empleo la sinastría (superposición de una carta con otra) y la carta compuesta (carta de puntos medios).
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REVOLUCIÓN SOLAR: Estudio de las influencias más importantes durante un año. Desde el cumpleaños del consultante hasta su siguiente cumpleaños.
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TRÁNSITOS ASTROLÓGICOS: Estudio del momento actual a la luz de los aspectos de los planetas a la carta natal.
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CONSEJO SOBRE UN TEMA CONCRETO: Aquí empleo todas las técnicas anteriormente descritas para dar luz sobre el asunto a tratar.
Fátima Soto
LA ASTROLOGÍA EN MI VIDA
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Fátima Soto
.....Me inicié en el estudio de la Astrología en 1981. Tenía 19 años. Me pareció algo fascinante. Descubrí que muchos interrogantes sobre mi vida y la de las personas que me rodeaban: familia, pareja, amigos, cobraban una nueva luz. Tras seis años de estudio teórico y práctico abrí una consulta. Durante varios años hice consultas personales, comparaciones de cartas, estudios vocacionales. Después, la vida me llevó hacia otro tipo de trabajos relacionados con el mundo empresarial y comercial.
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.....La Astrología es fundamentalmente un instrumento de conocimiento. La Carta Astral es la representación en un círculo zodiacal de cómo estaban colocados los planetas en el momento del nacimiento. A través de ella podemos conocer los estratos de nuestra personalidad: nuestro tipo de inteligencia, nuestras aptitudes básicas, nuestra peculiar forma de amar y de relacionarnos con los demás, nuestras potencias, conflictos y recursos más importantes, nuestra vocación, nuestros puntos más vulnerables a nivel de salud, nuestra creatividad y, sobre todo, el reto que nos plantea nuestro destino para realizarnos totalmente como personas.
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.....Por otra parte, estudiando los ciclos de los planetas exteriores: Saturno, Urano, Neptuno y Plutón podemos conocer los momentos más importantes de nuestra existencia. En ellos experimentaremos momentos positivos o crisis conflictivas que, si sabemos aprovechar o superar, nos reportarán mayor crecimiento personal.
Fátima Soto
MI ENFOQUE DE LA ASTROLOGÍA
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.....Mi enfoque de la Astrología es psicológico. Lo que me interesa es profundizar en las potencialidades y recursos de la persona para hacer de su vida algo más amoroso y creativo. Amor y creación son las dos grandes corrientes que enriquecen nuestra existencia. Estoy interesada en arrojar luz a las personas sobre sus propias potencias para enriquecer sus vidas.
Fátima Soto
TIRADAS DE TAROT QUE REALIZO
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Fátima Soto
TIRADA GENERAL DE LAS CASAS ASTROLÓGICAS: Esta tirada es ideal para ver el momento actual en todos los ámbitos de la vida. Es como una fotografía a través de los arquetipos del tarot del momento presente del consultante. A partir de ese análisis podemos hacer preguntas concretas sobre aspectos determinados.
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PREGUNTAS CONCRETAS: Si las preguntas se centran en aspectos emocionales, relaciones o situaciones en general me centro en los arcanos mayores. Si las preguntas se centran en cuestiones que requieren más detalles empleo los arcanos mayores y los arcanos menores. Generalmente echo tres cartas para contestar cada pregunta y el cliente puede seguir formulando preguntas hasta aclarar el asunto.
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ANÁLISIS DEL MOMENTO EXISTENCIAL DEL CONSULTANTE: Aquí empleo una tirada con los 22 arcanos mayores únicamente para ver en qué momento vital se encuentra la persona y cuál es su puerta de avance para seguir superándose y creciendo como persona.
Fátima Soto
EL TAROT EN MI VIDA
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Fátima Soto
.....En 1979 me inicié en el simbolismo de los 22 arcanos mayores del Tarot. Un poco más tarde estudié también los arcanos menores. Desde entonces he estudiado y practicado constantemente con el Tarot. He tenido consulta profesional de Tarot varios años. He usado muchos tipos de barajas: El Tarot de Marsella, el Tarot Rider, el Tarot Medieval...
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.....Los 22 arcanos mayores simbolizan el viaje de la conciencia desde el estadio en el que el impulso vital está desorganizado, representado por El Loco, hasta el estadio en el que el ser logra la integración con el mundo y la realización de sus potencialidades: El Mundo.
Fátima Soto
MI ENFOQUE DEL TAROT
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.....Las consultas de Tarot las enfoco de un modo psicológico. Si conocemos nuestra situación mejor y cómo manejarla controlaremos mejor nuestro presente y encauzaremos el futuro. Al mismo tiempo el pasado funcionará como una fuente de conocimiento y aprendizaje.
Fátima Soto
APROXIMACIÓN HISTÓRICA A LA ASTROLOGÍA
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La astrología que conocemos nace en Mesopotamia, antes del año 3.000 A.C. Los testimonios más antiguos que se conocen se refieren a la biblioteca del rey asirio ASURBANIPAL, (668-625 AC) quien poseyó manuscritos de astrología de procedencia egipcia, fechados cerca del año 3.000 antes de Jesucristo.
Hay que recordar que la civilización SUMERIA, probablemente la que dio origen a las demás de la zona, se asienta en Mesopotamia hacia el año 3.500 A.C, sin que se sepa su procedencia. El imperio egipcio se crea alrededor de la figura del faraón hacia el 3.000 A.C, y es la misma fecha del primer periodo, el védico, en la historia de la India. Todas estas culturas tienen un origen común, un sistema de dioses politeísta, y figuras solar, lunar, de venus, o del cielo y la tierra. En todas existe documentación astrológica: en la India, por ejemplo, existe una referencia a un tratado astrológico llamado KHAMANIKYA, dentro del Libro de Krsna, en los vedas, que describe las constelaciones en el momento de nacer Krsna, octava reencarnación del dios Visnu, y al que los astrólogos levantaron su horóscopo natal. De la misma forma, se sabe que la biblioteca del faraón Ramses II (1300-1236 ac) reunía innumerables obras dedicadas a la Astrología.
La propia Biblia, que esconde textos y frases mucho más complejos de lo que pueda parecer a simple vista, otorga el título de SABIOS a los astrólogos. Tal y como cuenta el Libro de Daniel, "el año segundo de su reinado (604 ac), el rey Nabucodonosor tuvo un sueño...mandó llamar a los magos, adivinos, hechiceros y astrólogos y les ordenó que le explicaran su sueño." Al no satisfacerle con la interpretación, "dio orden de matar a todos los sabios de Babilonia". Daniel entonces dice que "no hagas perecer a los sabios de Babilonia. Yo interpretaré al rey su sueño". Al hacerlo, el rey le hizo "jefe de todos los sabios de Babilonia", es decir, Daniel, un profeta de la Biblia, fue jefe de todos los astrólogos. (DANIEL, cap 2).
La astrología en sus primeros tiempos, se dedicaba al estudio de vaticinios astrales, agrupados en cuatro categorías: luna, sol, planetas y fenómenos meteorológicos. Es a partir del año 800 A.C. cuando se convierte en fuente de adivinación del estado, y para ello los reyes tenían observadores en todos los rincones del reino, enviando informes de posiciones celestes. Es posteriormente cuando aparece el estudio del horóscopo individual, siendo el más antiguo del que se tiene noticia el de un niño nacido el 29 de abril del 410 A.C.
De Egipto la astrología fluye hacia Grecia y Roma, donde tuvo gran aceptación, y donde surgen los arquetipos divinos aplicados a los planetas (Marte, Saturno, etc), dotándolos de sus características. Tiberio (42 A.C.-37 D.C.) la protegió, porque fueron astrólogos los que le auguraron que sería emperador. Y fue un griego de Alejandría, Egipto, el que basándose en los estudios de Hiparco (siglo II A.C.), quien descubrió la precesión de los equinoccios y catalogó más de mil estrellas, PTOLOMEO, el que escribió la primera enciclopedia de Astrología, el Tetrabiblos (siglo II D.C.).
Los árabes contribuyen al desarrollo de la astrología introduciendo los partes y las casas, fundamentales en la astrología de nuestro tiempo, y con estudios de la influencia cósmica sobre el mundo vegetal. El más importante, Albumansar (805-885), predijo con extraordinaria exactitud el nacimiento de un profeta menor seis siglos más tarde (Lutero). El estudio astrológico, también en España, estaba junto al Algebra, la Geometría y las Matemáticas.
En la Edad Media, debido a la rígida moralidad de las tres religiones occidentales (cristianismo, judaísmo e islam), comienzan las persecuciones a la astrología. San Agustín la ataca y a partir de él se la equipara con la magia. El Santo Oficio la relaciona con las creencias erróneas del judaísmo y el islam y la proscribe. Sin embargo, algunos pensadores, como Santo Tomás de Aquino o San Alberto Magno (siglo XIII) tratan de deslindarla de la nigromancia, aunque no apoyan totalmente su práctica. Se dan casos curiosos como el del Cardenal de Ailly que, a pesar de criticar la astrología y sin creérsela totalmente, la estudió y realizó predicciones completamente exactas, como la llegada del protestantismo o la Revolución Francesa. En su libro "Persecuciones de la Iglesia" dio una fecha para ésta última: 1789.
Sin embargo, con la llegada del Renacimiento y el humanismo, las cosas cambian. Muchos papas consintieron, o se entregaron abiertamente al estudio astrológico, como Julio II, León X, Pablo III, Urbano VIII... Incluso el papa Sixto XIV se confeccionaba sus propios horóscopos. (siglos XV al XVII). De esta época es el más famoso astrólogo de la historia, Michel de Notre-Dame, llamado NOSTRADAMUS (1503-1566).
A partir del Renacimiento se produce un auge de las disciplinas ciéntificas, y la astrología empieza a desligarse paulatinamente de la astronomía. Y, curiosamente, la Iglesia, tan respetuosa ahora de la ciencia y tan poderosamente crítica con la astrología (considerada pecado grave en el nuevo catecismo), considera más peligrosa la astronomía que la vieja astrología, y persigue más a los científicos que a los astrólogos. Así, Giordano Bruno es torturado y quemado vivo en Roma en 1600, por la publicación de un libro en el que se mostraba de acuerdo con Copérnico y su teoría heliocéntrica. El mismo Galileo estuvo a punto de pasar por el mismo trance.
Mientras tanto, grandes astrólogos, como MORIN DE VILLAFRANCHE, o WILLIAM LILLY (siglo XVII) trabajan al servicio de los reyes Luis XIII y Carlos I de Inglaterra.
Sin embargo, la ruptura estaba preparada, y aunque grandes astrónomos como TYCHO BRAHE, KEPLER o NEWTON eran estudiantes y practicantes de la astrología, y sus obras científicas estaban perseguidas por la Iglesia, la influencia sobre todo de este último y sus leyes fue definitiva en esa ruptura. El concilio de Malinas condena irremisiblemente la Astrología (1607), tal y como había pronosticado con exactitud Nostradamus, y en 1666 se cerró el Colegio Astrológico de París, y se prohibió levantar cartas astrales en toda Francia. Por si ésto fuera poco, en 1710 se dejaron de imprimir las efemérides necesarias para hacer un horóscopo.
Sin embargo, y coincidiendo en el tiempo con el descubrimiento de Neptuno, la astrología renace en la Inglaterra isabelina, durante el siglo XIX, y, a través de Jung, y de, sobre todo, el movimiento Rosacruz, renace el interés y se produce el auge de la astrología en la actualidad, aunque desde un enfoque mucho más psicológico.
La astrología que conocemos nace en Mesopotamia, antes del año 3.000 A.C. Los testimonios más antiguos que se conocen se refieren a la biblioteca del rey asirio ASURBANIPAL, (668-625 AC) quien poseyó manuscritos de astrología de procedencia egipcia, fechados cerca del año 3.000 antes de Jesucristo.
Hay que recordar que la civilización SUMERIA, probablemente la que dio origen a las demás de la zona, se asienta en Mesopotamia hacia el año 3.500 A.C, sin que se sepa su procedencia. El imperio egipcio se crea alrededor de la figura del faraón hacia el 3.000 A.C, y es la misma fecha del primer periodo, el védico, en la historia de la India. Todas estas culturas tienen un origen común, un sistema de dioses politeísta, y figuras solar, lunar, de venus, o del cielo y la tierra. En todas existe documentación astrológica: en la India, por ejemplo, existe una referencia a un tratado astrológico llamado KHAMANIKYA, dentro del Libro de Krsna, en los vedas, que describe las constelaciones en el momento de nacer Krsna, octava reencarnación del dios Visnu, y al que los astrólogos levantaron su horóscopo natal. De la misma forma, se sabe que la biblioteca del faraón Ramses II (1300-1236 ac) reunía innumerables obras dedicadas a la Astrología.
La propia Biblia, que esconde textos y frases mucho más complejos de lo que pueda parecer a simple vista, otorga el título de SABIOS a los astrólogos. Tal y como cuenta el Libro de Daniel, "el año segundo de su reinado (604 ac), el rey Nabucodonosor tuvo un sueño...mandó llamar a los magos, adivinos, hechiceros y astrólogos y les ordenó que le explicaran su sueño." Al no satisfacerle con la interpretación, "dio orden de matar a todos los sabios de Babilonia". Daniel entonces dice que "no hagas perecer a los sabios de Babilonia. Yo interpretaré al rey su sueño". Al hacerlo, el rey le hizo "jefe de todos los sabios de Babilonia", es decir, Daniel, un profeta de la Biblia, fue jefe de todos los astrólogos. (DANIEL, cap 2).
La astrología en sus primeros tiempos, se dedicaba al estudio de vaticinios astrales, agrupados en cuatro categorías: luna, sol, planetas y fenómenos meteorológicos. Es a partir del año 800 A.C. cuando se convierte en fuente de adivinación del estado, y para ello los reyes tenían observadores en todos los rincones del reino, enviando informes de posiciones celestes. Es posteriormente cuando aparece el estudio del horóscopo individual, siendo el más antiguo del que se tiene noticia el de un niño nacido el 29 de abril del 410 A.C.
De Egipto la astrología fluye hacia Grecia y Roma, donde tuvo gran aceptación, y donde surgen los arquetipos divinos aplicados a los planetas (Marte, Saturno, etc), dotándolos de sus características. Tiberio (42 A.C.-37 D.C.) la protegió, porque fueron astrólogos los que le auguraron que sería emperador. Y fue un griego de Alejandría, Egipto, el que basándose en los estudios de Hiparco (siglo II A.C.), quien descubrió la precesión de los equinoccios y catalogó más de mil estrellas, PTOLOMEO, el que escribió la primera enciclopedia de Astrología, el Tetrabiblos (siglo II D.C.).
Los árabes contribuyen al desarrollo de la astrología introduciendo los partes y las casas, fundamentales en la astrología de nuestro tiempo, y con estudios de la influencia cósmica sobre el mundo vegetal. El más importante, Albumansar (805-885), predijo con extraordinaria exactitud el nacimiento de un profeta menor seis siglos más tarde (Lutero). El estudio astrológico, también en España, estaba junto al Algebra, la Geometría y las Matemáticas.
En la Edad Media, debido a la rígida moralidad de las tres religiones occidentales (cristianismo, judaísmo e islam), comienzan las persecuciones a la astrología. San Agustín la ataca y a partir de él se la equipara con la magia. El Santo Oficio la relaciona con las creencias erróneas del judaísmo y el islam y la proscribe. Sin embargo, algunos pensadores, como Santo Tomás de Aquino o San Alberto Magno (siglo XIII) tratan de deslindarla de la nigromancia, aunque no apoyan totalmente su práctica. Se dan casos curiosos como el del Cardenal de Ailly que, a pesar de criticar la astrología y sin creérsela totalmente, la estudió y realizó predicciones completamente exactas, como la llegada del protestantismo o la Revolución Francesa. En su libro "Persecuciones de la Iglesia" dio una fecha para ésta última: 1789.
Sin embargo, con la llegada del Renacimiento y el humanismo, las cosas cambian. Muchos papas consintieron, o se entregaron abiertamente al estudio astrológico, como Julio II, León X, Pablo III, Urbano VIII... Incluso el papa Sixto XIV se confeccionaba sus propios horóscopos. (siglos XV al XVII). De esta época es el más famoso astrólogo de la historia, Michel de Notre-Dame, llamado NOSTRADAMUS (1503-1566).
A partir del Renacimiento se produce un auge de las disciplinas ciéntificas, y la astrología empieza a desligarse paulatinamente de la astronomía. Y, curiosamente, la Iglesia, tan respetuosa ahora de la ciencia y tan poderosamente crítica con la astrología (considerada pecado grave en el nuevo catecismo), considera más peligrosa la astronomía que la vieja astrología, y persigue más a los científicos que a los astrólogos. Así, Giordano Bruno es torturado y quemado vivo en Roma en 1600, por la publicación de un libro en el que se mostraba de acuerdo con Copérnico y su teoría heliocéntrica. El mismo Galileo estuvo a punto de pasar por el mismo trance.
Mientras tanto, grandes astrólogos, como MORIN DE VILLAFRANCHE, o WILLIAM LILLY (siglo XVII) trabajan al servicio de los reyes Luis XIII y Carlos I de Inglaterra.
Sin embargo, la ruptura estaba preparada, y aunque grandes astrónomos como TYCHO BRAHE, KEPLER o NEWTON eran estudiantes y practicantes de la astrología, y sus obras científicas estaban perseguidas por la Iglesia, la influencia sobre todo de este último y sus leyes fue definitiva en esa ruptura. El concilio de Malinas condena irremisiblemente la Astrología (1607), tal y como había pronosticado con exactitud Nostradamus, y en 1666 se cerró el Colegio Astrológico de París, y se prohibió levantar cartas astrales en toda Francia. Por si ésto fuera poco, en 1710 se dejaron de imprimir las efemérides necesarias para hacer un horóscopo.
Sin embargo, y coincidiendo en el tiempo con el descubrimiento de Neptuno, la astrología renace en la Inglaterra isabelina, durante el siglo XIX, y, a través de Jung, y de, sobre todo, el movimiento Rosacruz, renace el interés y se produce el auge de la astrología en la actualidad, aunque desde un enfoque mucho más psicológico.
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Artículo extraído de:
Fátima Soto
HISTORIA DEL TAROT
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El Tarot, como saben los estudiantes de esoterismo, es un libro alegórico donde podemos encontrar un compendio de los símbolos arcaicos de la Sabiduría Antigua. Relacionar las cartas de Tarot simplemente con un método de adivinación, es propio de los ignorantes o de los profanos.
Es común escuchar hablar en los círculos esotéricos del “origen egipcio” del Tarot sin detenerse a reflexionar si dicha afirmación es verdadera o simplemente se trata de una “hipótesis mil veces repetida que termina siendo aceptada como verdad”. Pues bien, hemos decidido ir a las fuentes y echar un vistazo a las principales hipótesis que existen sobre el origen de las cartas de Tarot.
Fuentes primarias y secundarias
En primer lugar, es menester conocer algunos rudimentos sobre el trabajo de investigación histórica y diferenciar entre fuentes “primarias” y “secundarias”. Una fuente primaria es aquella que se considera de “primera mano”, es decir objetos materiales o testimonios documentales contemporáneos del período histórico que estamos investigando. En el caso de nuestro estudio, si los arqueólogos encontraran un naipe, una obra de arte o un papiro egipcio que estuviera indiscutiblemente ligado al Tarot, podríamos hablar de “fuentes primarias” que podrían relacionar al mismo con la civilización egipcia. Los cilindros babilónicos que conserva el Museo Británico y que Helena Blavatsky vincula al Tarot, son evidentemente “fuentes primarias”. Una fuente secundaria es un texto son basado en una o más fuentes primarias, analizándolas, interpretándolas y llegando a conclusiones que pueden ser ciertas o no. En el estudio sobre el Tarot, fuentes secundarias son los escritos de los grandes ocultistas de los siglos XVIII y XIX que estudiaron las cartas y sus símbolos, conjeturando acerca de su origen. En esta categoría encontramos a Court de Gébelin, Eliphas Levi, Helena Blavatsky, Paul Foster Case, A. E. Waite, entre otros. Desde una perspectiva historiográfica, también podemos hablar de fuentes terciarias que consisten en recopilaciones y colecciones de fuentes primarias y secundarias (por ejemplo un catálogo o una reseña bibliográfica). Por último, en el ámbito esotérico es posible hablar de un cuarto tipo de fuentes que podríamos denominar “metafísicas”, es decir aquellas relacionadas con los mundos invisibles, por ejemplo cuando un autor hace una afirmación categórica recibida de una entidad metafísica (un maestro espiritual, un ángel o un espíritu) o respaldas sus afirmaciones en una visión clarividente de los “archivos akáshicos”. Los estudios de Leadbeater sobre las vidas de Alcyone o los de Scott Elliot sobre la Atlántida pueden ser considerados una fuente metafísica. Desde un punto de vista estrictamente científico ninguna obra de este tipo puede ser tenida en cuenta para probar una hipótesis. Como los textos esotéricos de los últimos dos siglos están repletos de este tipo de revelaciones e investigaciones clarividentes, es importante tener en cuenta esta última advertencia.
Hipótesis sobre el origen del Tarot
Nuestra intención es hacer un relevamiento de los principales investigadores que se refieren al origen del Tarot y se aventuraron a postular una hipótesis sobre el mismo. Antes de empezar, es importante hacer una pequeña alusión a los mazos de tarot que se denominan “egipcios”. En primer lugar, ningún estudioso del tema (aún entre aquellos que adjudican un origen egipcio del Tarot) consideran que estos mazos poseen un simbolismo más “puro” que los naipes clásicos de Europa. A este respecto, Manly Palmer Hall postula que “la validez de los llamados “tarots egipcios” ahora en la circulación nunca ha sido satisfactoriamente establecida. Los dibujos no sólo son completamente modernos sino que además que en el simbolismo en sí mismo se nota la influencia francesa más que la egipcia.” (1)
Santiago Bovisio, por su parte, es claro al decir que “el Tarot egipcio, en realidad, no existe; se le reconstruye en base a fundadas suposiciones y testimonios sacados de autores célebres”. (2) Incluso Eliphas Levi nos previene de estas confusiones afirmando que “el alfabeto de Thoth es el original de nuestro Tarot, sólo de manera indirecta, puesto que el último es de origen judío en las copias que se conservan y sus dibujos no se remontan más allá del reinado de Carlos VII”. (3)
Hipótesis del origen atlante
Entre los autores que describen el origen atlante del tarot, encontramos a Santiago Bovisio, fundador de C.A.F.H. y a Eckard Strohm, Maestro de Reiki y canalizador. Mientras que la fuente de Strohm es de tipo metafísico (canalización del Arcángel Uriel), Santiago Bovisio parece basarse en las investigaciones de algunos pensadores que le precedieron:
“Las veintidós figuras del Tarot, que son símbolos cosmogónicos, antropogenéticos y teológicos, son de origen atlante. Todos los pueblos arios reprodujeron estas 22 figuras en sus diversos templos, modificándolas paulatinamente. Los egipcios las sacaron del obscurantismo en que habían caído, devolviéndoles su prístina belleza artística y significativa, llegando a confundir estas imágenes con sus dioses. Y todas las religiones tomaron del Tarot figuras y símbolos”. (4)
En las doctrinas esotéricas pos-blavatskianas es común que se relacione a la cultura egipcia con la Atlántida, afirmando que los fundadores de la gran civilización de los faraones fueron algunos miembros de Poseidonis que sobrevivieron a la catástrofe que hundió al viejo continente atlante. Teniendo en cuenta esto, la Hipótesis de la Atlántida no niega que el Tarot se haya conservado gracias a los egipcios.
Hipótesis del origen egipcio
El primero en referirse a un origen en Egipto del Tarot fue Antoine Court de Gébelin en su obra “Le Monde primitif, analysé et comparé avec le monde moderne” (1781): “Si se nos dijera que existe en nuestros días una obra del antiguo Egipto, un libro que se salvó del incendio que redujo a cenizas sus magníficas bibliotecas y en el que se trata de las más puras doctrinas, referentes a ciertos asuntos muy importantes, es seguro que una gran mayoría se apresuraría en conocer un libro tan extraordinario y precioso. Si a esto añadimos que el tal libro se ha divulgado en una gran parte de Europa y que desde hace siglos está al alcance de todo el mundo, la sorpresa sería todavía mayor; pero llegaría a su colmo si afirmáramos que jamás se sospechó de su origen egipcio, que le tenemos muchas veces entre las manos sin saberlo, que nadie se ha preocupado en descifrar una sola de sus hojas, y que el fruto de tan elevada sabiduría es considerado como un conjunto de figuras extravagantes sin mérito alguno. ¿No se diría que deseamos divertirnos a costa de nuestros lectores? PUES BIEN, ESE LIBRO EXISTE.
Lo repetimos, ese libro egipcio, único vestigio de sus soberbias bibliotecas, existe; y es tan común que ningún sabio se ha dignado ocuparse de él.
Antes de nosotros nadie sospechó su ilustre origen. Este libro está compuesto por 77 páginas y también por 78, dividido en cinco clases, cada una de las cuales ofrece aspectos tan variados cuanto instructivos y entretenidos. Digámoslo de una vez: este libro es el TAROT”. (5)
La influencia de Court de Gébelin en los escritores posteriores es notoria y aunque no aporta ni una sola prueba de sus afirmaciones ni hace referencias categóricas a fuentes primarias, en los ambientes ocultistas posteriores a Napoleón que sentían una atracción particular por Egipto, la hipótesis del origen egipcio fue aceptada casi sin titubear.
El influyente ocultista francés Eliphas Levi se hizo eco de esta afirmación y en sus obras divulgó esta relación del Tarot con la tierra de los faraones: “La base de la ciencia jeroglífica absoluta era un alfabeto en el que las deidades estaban representadas con letras, las letras representadas con ideas, las ideas eran convertibles en números, y los números eran signos perfectos. Este alfabeto jeroglífico fue el gran secreto que Moisés encerró en su Cabala; su origen egipcio es conmemorado en el Sepker Yetzirah, en el que se lo refiere a Abraham.
Ahora bien, este alfabeto es el famoso Libro de Thoth, y el Conde de Gebelin fue quien adivinó que había sido preservado hasta nuestros días en forma de cartas del Tarot”. (6)
No obstante, Paul Foster Case consideraba que Eliphas Levi “ciertamente estuvo mejor informado” que Court de Gébelin y Etteila, “pero perpetuó el mito [del origen egipcio] para cubrir su indudable conocimiento de la verdadera historia del Tarot”. (7)
La postura de Oswald Wirth va más allá y relaciona al Tarot con la liturgia de los antiguos templos egipcios:
“Los veintidós arcanos mayores del Tarot representan los cuadros jeroglíficos que se encontraban en los espacios entre las columnas de una galería que el neófito estaba obligado a cruzar en las iniciaciones egipcias.
Había veintidós columnas al norte y la misma cantidad al sur, esto es, once cuadros simbólicos a cada lado. Estos cuadros eran explicados al candidato para la iniciación en orden regular, y ellos contenían las reglas y principios para el iniciado. Esta opinión es confirmada por la correspondencia que existía entre arcanos cuando estaban así dispuestos.” (8)
Esta idea de símbolos del Tarot en los templos, seguramente fue tomada por Wirth de autores anteriores como P. Christian que en su libro “Histoire de la magie, du monde surnaturel et de la fatalité à travers les temps et les peuples” asevera lo siguiente:
“El iniciado ve una larga galería sostenida por cariátides en forma de veinticuatro esfinges, doce de cada lado. En cada lado de la pared, entre una y otra esfinge, hay pinturas al fresco, que representan figuras y símbolos místicos. Estos veintidós cuadros están uno frente al otro en pares... A medida que va pasando frente a cada uno de los cuadros el iniciado recibe instrucción del sacerdote...Cada arcano hecho visible y tangible por cada uno de estos cuadros, es una fórmula de la ley de la actividad humana en su relación con las fuerzas espirituales y materiales, cuya combinación produce el fenómeno de la vida.” (9)
Jorge Adoum es otro de los reconocidos esoteristas que ven en el Tarot un vestigio de las doctrinas arcanas del Egipto faraónico:
“El mazdeísmo de Zoroastro salvó la ciencia tradicional porque conservó los Libros Sagrados de los pueblos. Moisés también conservó estos Libros. Los sacerdotes egipcios los guardaron en el Tarot o Torat, que nos llegó integralmente, pasando por las manos de los Bohemios o Gitanos”. (10)
En uno de los libros más completos sobre el simbolismo y el uso del Tarot, Papus opina que:
“El Tarot de Marsella es efectivamente la representación exacta del Tarot egipcio primitivo”
Hipótesis del origen marroquí
Según Paul Foster Case, fundador de la Escuela de B.O.T.A. (Builders of the Adytum) y uno de los “Tres Iniciados” que escribieron “El Kybalión”, el origen del Tarot es africano, pero no precisamente egipcio:
“De acuerdo con la tradición oculta (...) el Tarot fue inventado por un grupo de sabios que acostumbraban reunirse en la ciudad de Fez, en Marruecos. Después de la destrucción de la Gran Biblioteca de Alejandría, Fez llegó a ser un importante centro de estudio. Había allí una universidad que atraía estudiantes de todas partes del mundo. A esta antigua capital de la cultura vinieron ciertos miembros de una hermandad de hombres iluminados. Efectuaban conferencias en las cuales intercambiaban puntos de vista, comparaban sus más recientes descubrimientos y discutían las conclusiones filosóficas indicadas por tales descubrimientos.
Uno de los más serios obstáculos en la vía del libre intercambio de ideas era la barrera de los diferentes lenguajes.
Debe recordarse que aquellos hombres venían de diversas partes del globo y que estaban impedidos naturalmente por diferencias en su terminología filosófica.
Así que decidieron sobre la forma de incorporar lo más importante de sus doctrinas en un libro de figuras, cuyas combinaciones dependieran de las armonías ocultas de los números. (...) Como armazón para su invento, los sabios escogieron el sistema simple de los números y las letras proporcionado por la Qabalah, o Sabiduría Secreta de Israel. Para comprender completamente el Tarot y hacer mejor uso de él, es necesario entender la Qabalah. Pero tal preparación no es requisito para el estudiante que apenas inicia el estudio del Tarot”. (11)
Es interesante notar que la ciudad en la que dice Foster Case que surgió el Tarot también está relacionada con los viajes místicos de Christian Rosenkreutz, el legendario fundador de la Rosacruz. En el libro “Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz” (1616) puede leerse: “Habiendo permanecido unos tres años en Damcar, pasando por Egipto, [Christian Rosenkreutz] se dirigió a Fez donde se puso en contacto con los iniciados de esta ciudad, pasando luego por España antes de regresar a Alemania, donde formaría el primer núcleo de la cofradía de la Rosa-Cruz. Los sabios que encontró en Fez estaban en contacto con los iniciados de los otros países islámicos y conocían todas las llamadas “Ciencias Ocultas”, que C. R. estudiaría con ellos”. (12)
Hipótesis del origen indio y los Templarios
Otros autores prefieren referirse a un origen chino o indio del Tarot, que fue llevado a Europa desde Medio Oriente por los Caballeros de la Orden del Temple. Manly Palmer Hall nos comenta algunas de estas versiones en su obra
“Secret Teachings of All Ages”: “En sus investigaciones sobre la historia de las cartas, Samuel Weller aventura la opinión que los naipes llegaron a Europa del Sur desde la India pasando por Arabia, siendo probable que el Tarot fuera parte de una ciencia mágico-filosófica transmitida a los Caballeros Templarios por los Sarracenos u otra de las sectas misticas que prosperaban en Siria en aquellos días.
De regreso a Europa y para evitar la persecución, los Templarios ocultaron el sentido arcano de los símbolos del libro mágico plasmándolo en un supuesto juego de diversión.
Apoyando esta opinión, John King Van Rensselaer afirma: “Aquellos naipes fueron traídos por los guerreros que volvían a casa,que importaron muchas de la posesiones y hábitos recién adquiridos del Oriente a sus propios países, lo cual parece ser un hecho bien probado; y esto no contradice la declaración hecha por algunos escritores que declararon que los gitanos -quienes en aquel tiempo comenzaron a vagar por Europa - hayan traído con ellos los naipes, que comenzaron a usarse (tal como se hace hoy en día) para adivinar el futuro.” (Ver “The Devil’s Picture Books”)”. (13)
No obstante, Piotr Ouspensky es muy claro acerca de este tema: “[En la India] no hay vestigios de las 22 cartas del Tarot, es decir, de la Gran Arcana, en la pintura ni en la escultura hindú”. (14)
Hipótesis de los cilindros babilónicos
Quizás la referencia más oscura al origen del Tarot sea la suministrada por Helena Petrovna Blavatsky. En el artículo “Hermetic and Kabbalistic Doctrines” afirma: “Hay dos Tarots: uno circular puramente esotérico y otro tarot occidental kabalístico, remodelado por los Semitas [...] Este último tarot se lee de derecha a izquierda como el árabe y el hebreo escrito. El otro, el primitivo “en rueda” se encuentra en la escritura cuneiforme y en los signos del zodíaco”. (15) Incluso en su monumental obra “La Doctrina Secreta” hace alguna referencia sobre el Tarot, aunque sin aclarar demasiado el asunto:
“El verdadero Tarot, con toda su simbología, es el de los rodillos babilónicos que se conservan en el Museo Británico y otras partes. Allí puede ver quien quiera los antediluvianos rombos de Caldea, y los rodillos o cilindros cubiertos de signos sagrados; pero el significado de estas adivinatorias “ruedas” o, como De Mirville las llama, “globos giratorios de Hécate”, quedará todavía oculto por algún tiempo.. (16)
Si obedecemos la sugerencia de HPB y acudimos a los rodillos babilónicos del Museo Británico seguramente perderemos toda la esperanza de descifrar los arcanos del Tarot. En la página web del British Museum [www.britishmuseum.org] podemos echar un vistazo a alguno de los rodillos, pero es muy difícil entender exactamente las referencias dadas por la famosa escritora rusa.
Sin embargo, Piotr Ouspensky parece haber captado algunos de los mensajes dados por Blavatsky y se refiere a ella en su obra “Un nuevo modelo del Universo”:
“Hay referencias al Tarot en los libros de H. P. Blavatsky, tanto en “La Doctrina Secreta” como en “Isis sin velo”, y hay razones para creer que Blavatsky atribuyó gran importancia al Tarot. En la publicación teosófica que apareció durante la vida de Blavatsky (“Theosophical Siftings”) vieron la luz dos artículos anónimos sobre el Tarot, en uno de los cuales se acentuaba especialmente el elemento fálico contenido en el Tarot”. (17)
Sea como sea, la hipótesis de Blavatsky no es muy clara y es posible que la propia autora haya decidido guardar silencio sobre algunos secretos del Tarot que seguramente conocía, si tenemos en cuenta su impactante erudición sobre todos los temas del ocultismo europeo.
Hipótesis del origen albigense
Mientras critica las hipótesis de un origen del Tarot en China, India o Egipto, Waite sugiere que el Tarot podría haberse originado con los cátaros (albigenses) en el Mediodía francés:
“El Tarot tal vez haya surgido como un lenguaje simbólico de las sectas albigenses”. (20) En su obra dedicada al Tarot dedica algunas líneas a tratar de interpretar algunos arcanos desde la óptica de los cátaros, sugiriendo que la hipótesis de un origen en Francia sería más lógica que otra teoría más aventurada.
Hipótesis del origen gitano
La difusión del Tarot en Europa se debió, indudablemente, al pueblo gitano y a su afición a utilizarlo como una técnica adivinatoria. Teniendo en cuenta esto, podríamos llegar a concluir que el Tarot es un invento propio de la cultura romaní, o bien haya sido transmitido a los gitanos por una tradición anterior
Esto nos llevaría a otra interrogante: ¿Cuál es el verdadero origen de los gitanos? Ciertamente, es tan misterioso el enigma de los gitanos como el del Tarot. Las teorías más fantásticas nos remiten a Caín, mientras que otras más fundamentadas estudian las raíces lingüisticas y sitúan su posible origen en la India.
Sin embargo, en el siglo XVI se difundió una versión que situaba el origen de los romaníes en Egipto y ellos mismos colaboraron en la difusión de esta idea. Manly Palmer Hall comenta esta teoría:
“Una leyenda curiosa relaciona esto después de que la destrucción del Serapeum en Alejandría, el cuerpo grande de sacerdotes asistentes se unió para conservar los secretos de los ritos de Serapis. Sus descendientes (Gitanos) que llevan con ellos los más preciosos de los volúmenes salvados de la biblioteca de la incineración - el Libro de Enoch, o Thoth (el Tarot) - se hicieron vagabundos sobre la cara de la tierra, permaneciendo una gente aparte con una lengua antigua y unos derechos de nacimiento de magia y misterio.” (19)
Sea como sea, parece haber acuerdo general en afirmar que el pueblo gitano fue transmisor del Tarot pero no creador del mismo.
Críticas a las hipótesis de origen
El principal crítico a las hipótesis anteriores es el reconocido autor A. E. Waite, quien asevera lo siguiente:
“Cuando las cuestiones [acerca de la historia del Tarot] son aclaradas por la disipación de los sueños y las especulaciones gratuitas expresadas en términos de certeza, no existe, de hecho, historia alguna anterior al siglo XIV.
La decepción y el desencanto respecto de su origen en Egipto, India o China llevan a considerar mentirosos a sus primeros exponentes, y los autores ocultistas posteriores hicieron poco más que reproducir las falacias de los testimonios anteriores, con la buena fe de una inteligencia inadecuada a los problemas de la pesquisa”. (18)
Ouspensky también era muy crítico sobre la literatura oculta que trataba el tema:
“Pero hablando en general de la literatura sobre el Tarot, su conocimiento decepciona, del mismo modo que decepciona el conocimiento de la literatura oculta y especialmente de la teosófica, porque esta literatura promete demasiado en comparación con lo que da.
Cada uno de los libros [que estudian el Tarot] contiene algo interesante, pero junto con el material valioso e interesante se encuentra una gran cantidad de hojarasca, característica de toda la literatura “oculta” en general. Se encuentra, primero, un estudio puramente escolástico del significado de la letra, después, conclusiones demasiado precipitadas, cubriendo con palabras lo que el autor mismo no ha entendido, pasando por alto los problemas difíciles, dejando especulaciones sin terminar, y en tercer lugar, una complejidad innecesaria y construcciones asimétricas. Los libros del “Dr. Papus”, que en su tiempo fue el comentador más popular del Tarot, son especialmente ricos en todo esto”. (19)
Conclusiones
Ciertamente, la literatura esotérica es muy rica en las interpretaciones simbólicas de los arcanos del tarot, pero no es muy rigurosa ni contundente con respecto al origen histórico del sistema. Volviendo a Ouspensky -que es un autor bastante imparcial, al igual que Waite-, llega a una conclusión destacable al decir que “este origen está en el olvido y el propósito de su autor o autores es completamente desconocido, no hay duda que es el más completo código de simbolismo Hermético que poseemos”. (21) No tenemos los elementos suficientes para aventurar una hipótesis ni reconocer cuál de todas es la que más se acerca a la verdad. Simplemente dejamos que el estudiante sincero use esta reseña para llegar a sus propias conclusiones.
Bibliografía
(1) Hall, Manly Palmer: “The Secret Teachings of All Ages”, Los Ángeles, Philosophical Research Society, 1967.
(2) Bovisio, Santiago: “El Tarot”, sin datos de edición.
(3) Levi, Eliphas: “Historia de la Magia”, Buenos Aires, Kier, 1978.
(4) Bovisio, Santiago: Op. Cit.
(5) Court de Gébelin, Antoine: “Histoire naturelle de la parole, ou Précis de l’origine du langage & de la grammaire universelle ; extrait du Monde primitif”, París, Chez l’auteur, 1776.
(6) Levi, Eliphas: Op. Cit.
(7) Foster Case, Paul: “Highlights of Tarot”, 13a edición revisada, Builders of the Adytum, Los Ángeles, 1989.
(8) Wirth, Oswald, “The Tarot of the Magicians”, citado por Piotr Ouspensky en “El simbolismo del tarot” (Océano, México D.F., 2000)
(9) Pitois, Christian, “Histoire de la Magie”, citado por Piotr Ouspensky en “Un nuevo modelo del Universo” (Kier, Buenos Aires, 1977)
(10) Adoum, Jorge: “Secretário Íntimo, Preboste ou Juiz ou Mestre Irlandês, Intendente dos Edifícios ou Mestre em Israel”, Pensamento-Cultrix, Sao Paulo, 1995.
(11) Foster Case, Paul: Op. Cit.
(12) Andreae, Johann: “Las Bodas Químicas de Cristián Rosacruz”, Mestas, Madrid, 2001.
(13) Hall, Manly Palmer: Op. Cit.
(14) Ouspensky, Piotr: “Un nuevo modelo del Universo”, Kier, Buenos Aires, 1977.
(15) Blavatsky, Helena: “Hermetic and Kabbalistic Doctrines”, artículo tomado de los “Collected Writings” Vol. XIV recopilados por Boris de Zirkoff.
(16) Blavatsky, Helena: “La Doctrina Secreta” Vol. V, 9a edición, Kier, Buenos Aires, 1986.
(17) Ouspensky, Piotr: Op. Cit.
(18) Waite, Arthur: “Tarô: A Sorte Pelas Cartas”, Ediouro, Sao Paulo, 1985.
(19) Ouspensky, Piotr: Op. Cit.
(20) Waite, Arthur: Op. Cit.
(21) Ouspensky, Piotr: Op. Cit.
Fuente: Revista Atenea 1 - Setiembre 2008
Es común escuchar hablar en los círculos esotéricos del “origen egipcio” del Tarot sin detenerse a reflexionar si dicha afirmación es verdadera o simplemente se trata de una “hipótesis mil veces repetida que termina siendo aceptada como verdad”. Pues bien, hemos decidido ir a las fuentes y echar un vistazo a las principales hipótesis que existen sobre el origen de las cartas de Tarot.
Fuentes primarias y secundarias
En primer lugar, es menester conocer algunos rudimentos sobre el trabajo de investigación histórica y diferenciar entre fuentes “primarias” y “secundarias”. Una fuente primaria es aquella que se considera de “primera mano”, es decir objetos materiales o testimonios documentales contemporáneos del período histórico que estamos investigando. En el caso de nuestro estudio, si los arqueólogos encontraran un naipe, una obra de arte o un papiro egipcio que estuviera indiscutiblemente ligado al Tarot, podríamos hablar de “fuentes primarias” que podrían relacionar al mismo con la civilización egipcia. Los cilindros babilónicos que conserva el Museo Británico y que Helena Blavatsky vincula al Tarot, son evidentemente “fuentes primarias”. Una fuente secundaria es un texto son basado en una o más fuentes primarias, analizándolas, interpretándolas y llegando a conclusiones que pueden ser ciertas o no. En el estudio sobre el Tarot, fuentes secundarias son los escritos de los grandes ocultistas de los siglos XVIII y XIX que estudiaron las cartas y sus símbolos, conjeturando acerca de su origen. En esta categoría encontramos a Court de Gébelin, Eliphas Levi, Helena Blavatsky, Paul Foster Case, A. E. Waite, entre otros. Desde una perspectiva historiográfica, también podemos hablar de fuentes terciarias que consisten en recopilaciones y colecciones de fuentes primarias y secundarias (por ejemplo un catálogo o una reseña bibliográfica). Por último, en el ámbito esotérico es posible hablar de un cuarto tipo de fuentes que podríamos denominar “metafísicas”, es decir aquellas relacionadas con los mundos invisibles, por ejemplo cuando un autor hace una afirmación categórica recibida de una entidad metafísica (un maestro espiritual, un ángel o un espíritu) o respaldas sus afirmaciones en una visión clarividente de los “archivos akáshicos”. Los estudios de Leadbeater sobre las vidas de Alcyone o los de Scott Elliot sobre la Atlántida pueden ser considerados una fuente metafísica. Desde un punto de vista estrictamente científico ninguna obra de este tipo puede ser tenida en cuenta para probar una hipótesis. Como los textos esotéricos de los últimos dos siglos están repletos de este tipo de revelaciones e investigaciones clarividentes, es importante tener en cuenta esta última advertencia.
Hipótesis sobre el origen del Tarot
Nuestra intención es hacer un relevamiento de los principales investigadores que se refieren al origen del Tarot y se aventuraron a postular una hipótesis sobre el mismo. Antes de empezar, es importante hacer una pequeña alusión a los mazos de tarot que se denominan “egipcios”. En primer lugar, ningún estudioso del tema (aún entre aquellos que adjudican un origen egipcio del Tarot) consideran que estos mazos poseen un simbolismo más “puro” que los naipes clásicos de Europa. A este respecto, Manly Palmer Hall postula que “la validez de los llamados “tarots egipcios” ahora en la circulación nunca ha sido satisfactoriamente establecida. Los dibujos no sólo son completamente modernos sino que además que en el simbolismo en sí mismo se nota la influencia francesa más que la egipcia.” (1)
Santiago Bovisio, por su parte, es claro al decir que “el Tarot egipcio, en realidad, no existe; se le reconstruye en base a fundadas suposiciones y testimonios sacados de autores célebres”. (2) Incluso Eliphas Levi nos previene de estas confusiones afirmando que “el alfabeto de Thoth es el original de nuestro Tarot, sólo de manera indirecta, puesto que el último es de origen judío en las copias que se conservan y sus dibujos no se remontan más allá del reinado de Carlos VII”. (3)
Hipótesis del origen atlante
Entre los autores que describen el origen atlante del tarot, encontramos a Santiago Bovisio, fundador de C.A.F.H. y a Eckard Strohm, Maestro de Reiki y canalizador. Mientras que la fuente de Strohm es de tipo metafísico (canalización del Arcángel Uriel), Santiago Bovisio parece basarse en las investigaciones de algunos pensadores que le precedieron:
“Las veintidós figuras del Tarot, que son símbolos cosmogónicos, antropogenéticos y teológicos, son de origen atlante. Todos los pueblos arios reprodujeron estas 22 figuras en sus diversos templos, modificándolas paulatinamente. Los egipcios las sacaron del obscurantismo en que habían caído, devolviéndoles su prístina belleza artística y significativa, llegando a confundir estas imágenes con sus dioses. Y todas las religiones tomaron del Tarot figuras y símbolos”. (4)
En las doctrinas esotéricas pos-blavatskianas es común que se relacione a la cultura egipcia con la Atlántida, afirmando que los fundadores de la gran civilización de los faraones fueron algunos miembros de Poseidonis que sobrevivieron a la catástrofe que hundió al viejo continente atlante. Teniendo en cuenta esto, la Hipótesis de la Atlántida no niega que el Tarot se haya conservado gracias a los egipcios.
Hipótesis del origen egipcio
El primero en referirse a un origen en Egipto del Tarot fue Antoine Court de Gébelin en su obra “Le Monde primitif, analysé et comparé avec le monde moderne” (1781): “Si se nos dijera que existe en nuestros días una obra del antiguo Egipto, un libro que se salvó del incendio que redujo a cenizas sus magníficas bibliotecas y en el que se trata de las más puras doctrinas, referentes a ciertos asuntos muy importantes, es seguro que una gran mayoría se apresuraría en conocer un libro tan extraordinario y precioso. Si a esto añadimos que el tal libro se ha divulgado en una gran parte de Europa y que desde hace siglos está al alcance de todo el mundo, la sorpresa sería todavía mayor; pero llegaría a su colmo si afirmáramos que jamás se sospechó de su origen egipcio, que le tenemos muchas veces entre las manos sin saberlo, que nadie se ha preocupado en descifrar una sola de sus hojas, y que el fruto de tan elevada sabiduría es considerado como un conjunto de figuras extravagantes sin mérito alguno. ¿No se diría que deseamos divertirnos a costa de nuestros lectores? PUES BIEN, ESE LIBRO EXISTE.
Lo repetimos, ese libro egipcio, único vestigio de sus soberbias bibliotecas, existe; y es tan común que ningún sabio se ha dignado ocuparse de él.
Antes de nosotros nadie sospechó su ilustre origen. Este libro está compuesto por 77 páginas y también por 78, dividido en cinco clases, cada una de las cuales ofrece aspectos tan variados cuanto instructivos y entretenidos. Digámoslo de una vez: este libro es el TAROT”. (5)
La influencia de Court de Gébelin en los escritores posteriores es notoria y aunque no aporta ni una sola prueba de sus afirmaciones ni hace referencias categóricas a fuentes primarias, en los ambientes ocultistas posteriores a Napoleón que sentían una atracción particular por Egipto, la hipótesis del origen egipcio fue aceptada casi sin titubear.
El influyente ocultista francés Eliphas Levi se hizo eco de esta afirmación y en sus obras divulgó esta relación del Tarot con la tierra de los faraones: “La base de la ciencia jeroglífica absoluta era un alfabeto en el que las deidades estaban representadas con letras, las letras representadas con ideas, las ideas eran convertibles en números, y los números eran signos perfectos. Este alfabeto jeroglífico fue el gran secreto que Moisés encerró en su Cabala; su origen egipcio es conmemorado en el Sepker Yetzirah, en el que se lo refiere a Abraham.
Ahora bien, este alfabeto es el famoso Libro de Thoth, y el Conde de Gebelin fue quien adivinó que había sido preservado hasta nuestros días en forma de cartas del Tarot”. (6)
No obstante, Paul Foster Case consideraba que Eliphas Levi “ciertamente estuvo mejor informado” que Court de Gébelin y Etteila, “pero perpetuó el mito [del origen egipcio] para cubrir su indudable conocimiento de la verdadera historia del Tarot”. (7)
La postura de Oswald Wirth va más allá y relaciona al Tarot con la liturgia de los antiguos templos egipcios:
“Los veintidós arcanos mayores del Tarot representan los cuadros jeroglíficos que se encontraban en los espacios entre las columnas de una galería que el neófito estaba obligado a cruzar en las iniciaciones egipcias.
Había veintidós columnas al norte y la misma cantidad al sur, esto es, once cuadros simbólicos a cada lado. Estos cuadros eran explicados al candidato para la iniciación en orden regular, y ellos contenían las reglas y principios para el iniciado. Esta opinión es confirmada por la correspondencia que existía entre arcanos cuando estaban así dispuestos.” (8)
Esta idea de símbolos del Tarot en los templos, seguramente fue tomada por Wirth de autores anteriores como P. Christian que en su libro “Histoire de la magie, du monde surnaturel et de la fatalité à travers les temps et les peuples” asevera lo siguiente:
“El iniciado ve una larga galería sostenida por cariátides en forma de veinticuatro esfinges, doce de cada lado. En cada lado de la pared, entre una y otra esfinge, hay pinturas al fresco, que representan figuras y símbolos místicos. Estos veintidós cuadros están uno frente al otro en pares... A medida que va pasando frente a cada uno de los cuadros el iniciado recibe instrucción del sacerdote...Cada arcano hecho visible y tangible por cada uno de estos cuadros, es una fórmula de la ley de la actividad humana en su relación con las fuerzas espirituales y materiales, cuya combinación produce el fenómeno de la vida.” (9)
Jorge Adoum es otro de los reconocidos esoteristas que ven en el Tarot un vestigio de las doctrinas arcanas del Egipto faraónico:
“El mazdeísmo de Zoroastro salvó la ciencia tradicional porque conservó los Libros Sagrados de los pueblos. Moisés también conservó estos Libros. Los sacerdotes egipcios los guardaron en el Tarot o Torat, que nos llegó integralmente, pasando por las manos de los Bohemios o Gitanos”. (10)
En uno de los libros más completos sobre el simbolismo y el uso del Tarot, Papus opina que:
“El Tarot de Marsella es efectivamente la representación exacta del Tarot egipcio primitivo”
Hipótesis del origen marroquí
Según Paul Foster Case, fundador de la Escuela de B.O.T.A. (Builders of the Adytum) y uno de los “Tres Iniciados” que escribieron “El Kybalión”, el origen del Tarot es africano, pero no precisamente egipcio:
“De acuerdo con la tradición oculta (...) el Tarot fue inventado por un grupo de sabios que acostumbraban reunirse en la ciudad de Fez, en Marruecos. Después de la destrucción de la Gran Biblioteca de Alejandría, Fez llegó a ser un importante centro de estudio. Había allí una universidad que atraía estudiantes de todas partes del mundo. A esta antigua capital de la cultura vinieron ciertos miembros de una hermandad de hombres iluminados. Efectuaban conferencias en las cuales intercambiaban puntos de vista, comparaban sus más recientes descubrimientos y discutían las conclusiones filosóficas indicadas por tales descubrimientos.
Uno de los más serios obstáculos en la vía del libre intercambio de ideas era la barrera de los diferentes lenguajes.
Debe recordarse que aquellos hombres venían de diversas partes del globo y que estaban impedidos naturalmente por diferencias en su terminología filosófica.
Así que decidieron sobre la forma de incorporar lo más importante de sus doctrinas en un libro de figuras, cuyas combinaciones dependieran de las armonías ocultas de los números. (...) Como armazón para su invento, los sabios escogieron el sistema simple de los números y las letras proporcionado por la Qabalah, o Sabiduría Secreta de Israel. Para comprender completamente el Tarot y hacer mejor uso de él, es necesario entender la Qabalah. Pero tal preparación no es requisito para el estudiante que apenas inicia el estudio del Tarot”. (11)
Es interesante notar que la ciudad en la que dice Foster Case que surgió el Tarot también está relacionada con los viajes místicos de Christian Rosenkreutz, el legendario fundador de la Rosacruz. En el libro “Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz” (1616) puede leerse: “Habiendo permanecido unos tres años en Damcar, pasando por Egipto, [Christian Rosenkreutz] se dirigió a Fez donde se puso en contacto con los iniciados de esta ciudad, pasando luego por España antes de regresar a Alemania, donde formaría el primer núcleo de la cofradía de la Rosa-Cruz. Los sabios que encontró en Fez estaban en contacto con los iniciados de los otros países islámicos y conocían todas las llamadas “Ciencias Ocultas”, que C. R. estudiaría con ellos”. (12)
Hipótesis del origen indio y los Templarios
Otros autores prefieren referirse a un origen chino o indio del Tarot, que fue llevado a Europa desde Medio Oriente por los Caballeros de la Orden del Temple. Manly Palmer Hall nos comenta algunas de estas versiones en su obra
“Secret Teachings of All Ages”: “En sus investigaciones sobre la historia de las cartas, Samuel Weller aventura la opinión que los naipes llegaron a Europa del Sur desde la India pasando por Arabia, siendo probable que el Tarot fuera parte de una ciencia mágico-filosófica transmitida a los Caballeros Templarios por los Sarracenos u otra de las sectas misticas que prosperaban en Siria en aquellos días.
De regreso a Europa y para evitar la persecución, los Templarios ocultaron el sentido arcano de los símbolos del libro mágico plasmándolo en un supuesto juego de diversión.
Apoyando esta opinión, John King Van Rensselaer afirma: “Aquellos naipes fueron traídos por los guerreros que volvían a casa,que importaron muchas de la posesiones y hábitos recién adquiridos del Oriente a sus propios países, lo cual parece ser un hecho bien probado; y esto no contradice la declaración hecha por algunos escritores que declararon que los gitanos -quienes en aquel tiempo comenzaron a vagar por Europa - hayan traído con ellos los naipes, que comenzaron a usarse (tal como se hace hoy en día) para adivinar el futuro.” (Ver “The Devil’s Picture Books”)”. (13)
No obstante, Piotr Ouspensky es muy claro acerca de este tema: “[En la India] no hay vestigios de las 22 cartas del Tarot, es decir, de la Gran Arcana, en la pintura ni en la escultura hindú”. (14)
Hipótesis de los cilindros babilónicos
Quizás la referencia más oscura al origen del Tarot sea la suministrada por Helena Petrovna Blavatsky. En el artículo “Hermetic and Kabbalistic Doctrines” afirma: “Hay dos Tarots: uno circular puramente esotérico y otro tarot occidental kabalístico, remodelado por los Semitas [...] Este último tarot se lee de derecha a izquierda como el árabe y el hebreo escrito. El otro, el primitivo “en rueda” se encuentra en la escritura cuneiforme y en los signos del zodíaco”. (15) Incluso en su monumental obra “La Doctrina Secreta” hace alguna referencia sobre el Tarot, aunque sin aclarar demasiado el asunto:
“El verdadero Tarot, con toda su simbología, es el de los rodillos babilónicos que se conservan en el Museo Británico y otras partes. Allí puede ver quien quiera los antediluvianos rombos de Caldea, y los rodillos o cilindros cubiertos de signos sagrados; pero el significado de estas adivinatorias “ruedas” o, como De Mirville las llama, “globos giratorios de Hécate”, quedará todavía oculto por algún tiempo.. (16)
Si obedecemos la sugerencia de HPB y acudimos a los rodillos babilónicos del Museo Británico seguramente perderemos toda la esperanza de descifrar los arcanos del Tarot. En la página web del British Museum [www.britishmuseum.org] podemos echar un vistazo a alguno de los rodillos, pero es muy difícil entender exactamente las referencias dadas por la famosa escritora rusa.
Sin embargo, Piotr Ouspensky parece haber captado algunos de los mensajes dados por Blavatsky y se refiere a ella en su obra “Un nuevo modelo del Universo”:
“Hay referencias al Tarot en los libros de H. P. Blavatsky, tanto en “La Doctrina Secreta” como en “Isis sin velo”, y hay razones para creer que Blavatsky atribuyó gran importancia al Tarot. En la publicación teosófica que apareció durante la vida de Blavatsky (“Theosophical Siftings”) vieron la luz dos artículos anónimos sobre el Tarot, en uno de los cuales se acentuaba especialmente el elemento fálico contenido en el Tarot”. (17)
Sea como sea, la hipótesis de Blavatsky no es muy clara y es posible que la propia autora haya decidido guardar silencio sobre algunos secretos del Tarot que seguramente conocía, si tenemos en cuenta su impactante erudición sobre todos los temas del ocultismo europeo.
Hipótesis del origen albigense
Mientras critica las hipótesis de un origen del Tarot en China, India o Egipto, Waite sugiere que el Tarot podría haberse originado con los cátaros (albigenses) en el Mediodía francés:
“El Tarot tal vez haya surgido como un lenguaje simbólico de las sectas albigenses”. (20) En su obra dedicada al Tarot dedica algunas líneas a tratar de interpretar algunos arcanos desde la óptica de los cátaros, sugiriendo que la hipótesis de un origen en Francia sería más lógica que otra teoría más aventurada.
Hipótesis del origen gitano
La difusión del Tarot en Europa se debió, indudablemente, al pueblo gitano y a su afición a utilizarlo como una técnica adivinatoria. Teniendo en cuenta esto, podríamos llegar a concluir que el Tarot es un invento propio de la cultura romaní, o bien haya sido transmitido a los gitanos por una tradición anterior
Esto nos llevaría a otra interrogante: ¿Cuál es el verdadero origen de los gitanos? Ciertamente, es tan misterioso el enigma de los gitanos como el del Tarot. Las teorías más fantásticas nos remiten a Caín, mientras que otras más fundamentadas estudian las raíces lingüisticas y sitúan su posible origen en la India.
Sin embargo, en el siglo XVI se difundió una versión que situaba el origen de los romaníes en Egipto y ellos mismos colaboraron en la difusión de esta idea. Manly Palmer Hall comenta esta teoría:
“Una leyenda curiosa relaciona esto después de que la destrucción del Serapeum en Alejandría, el cuerpo grande de sacerdotes asistentes se unió para conservar los secretos de los ritos de Serapis. Sus descendientes (Gitanos) que llevan con ellos los más preciosos de los volúmenes salvados de la biblioteca de la incineración - el Libro de Enoch, o Thoth (el Tarot) - se hicieron vagabundos sobre la cara de la tierra, permaneciendo una gente aparte con una lengua antigua y unos derechos de nacimiento de magia y misterio.” (19)
Sea como sea, parece haber acuerdo general en afirmar que el pueblo gitano fue transmisor del Tarot pero no creador del mismo.
Críticas a las hipótesis de origen
El principal crítico a las hipótesis anteriores es el reconocido autor A. E. Waite, quien asevera lo siguiente:
“Cuando las cuestiones [acerca de la historia del Tarot] son aclaradas por la disipación de los sueños y las especulaciones gratuitas expresadas en términos de certeza, no existe, de hecho, historia alguna anterior al siglo XIV.
La decepción y el desencanto respecto de su origen en Egipto, India o China llevan a considerar mentirosos a sus primeros exponentes, y los autores ocultistas posteriores hicieron poco más que reproducir las falacias de los testimonios anteriores, con la buena fe de una inteligencia inadecuada a los problemas de la pesquisa”. (18)
Ouspensky también era muy crítico sobre la literatura oculta que trataba el tema:
“Pero hablando en general de la literatura sobre el Tarot, su conocimiento decepciona, del mismo modo que decepciona el conocimiento de la literatura oculta y especialmente de la teosófica, porque esta literatura promete demasiado en comparación con lo que da.
Cada uno de los libros [que estudian el Tarot] contiene algo interesante, pero junto con el material valioso e interesante se encuentra una gran cantidad de hojarasca, característica de toda la literatura “oculta” en general. Se encuentra, primero, un estudio puramente escolástico del significado de la letra, después, conclusiones demasiado precipitadas, cubriendo con palabras lo que el autor mismo no ha entendido, pasando por alto los problemas difíciles, dejando especulaciones sin terminar, y en tercer lugar, una complejidad innecesaria y construcciones asimétricas. Los libros del “Dr. Papus”, que en su tiempo fue el comentador más popular del Tarot, son especialmente ricos en todo esto”. (19)
Conclusiones
Ciertamente, la literatura esotérica es muy rica en las interpretaciones simbólicas de los arcanos del tarot, pero no es muy rigurosa ni contundente con respecto al origen histórico del sistema. Volviendo a Ouspensky -que es un autor bastante imparcial, al igual que Waite-, llega a una conclusión destacable al decir que “este origen está en el olvido y el propósito de su autor o autores es completamente desconocido, no hay duda que es el más completo código de simbolismo Hermético que poseemos”. (21) No tenemos los elementos suficientes para aventurar una hipótesis ni reconocer cuál de todas es la que más se acerca a la verdad. Simplemente dejamos que el estudiante sincero use esta reseña para llegar a sus propias conclusiones.
Bibliografía
(1) Hall, Manly Palmer: “The Secret Teachings of All Ages”, Los Ángeles, Philosophical Research Society, 1967.
(2) Bovisio, Santiago: “El Tarot”, sin datos de edición.
(3) Levi, Eliphas: “Historia de la Magia”, Buenos Aires, Kier, 1978.
(4) Bovisio, Santiago: Op. Cit.
(5) Court de Gébelin, Antoine: “Histoire naturelle de la parole, ou Précis de l’origine du langage & de la grammaire universelle ; extrait du Monde primitif”, París, Chez l’auteur, 1776.
(6) Levi, Eliphas: Op. Cit.
(7) Foster Case, Paul: “Highlights of Tarot”, 13a edición revisada, Builders of the Adytum, Los Ángeles, 1989.
(8) Wirth, Oswald, “The Tarot of the Magicians”, citado por Piotr Ouspensky en “El simbolismo del tarot” (Océano, México D.F., 2000)
(9) Pitois, Christian, “Histoire de la Magie”, citado por Piotr Ouspensky en “Un nuevo modelo del Universo” (Kier, Buenos Aires, 1977)
(10) Adoum, Jorge: “Secretário Íntimo, Preboste ou Juiz ou Mestre Irlandês, Intendente dos Edifícios ou Mestre em Israel”, Pensamento-Cultrix, Sao Paulo, 1995.
(11) Foster Case, Paul: Op. Cit.
(12) Andreae, Johann: “Las Bodas Químicas de Cristián Rosacruz”, Mestas, Madrid, 2001.
(13) Hall, Manly Palmer: Op. Cit.
(14) Ouspensky, Piotr: “Un nuevo modelo del Universo”, Kier, Buenos Aires, 1977.
(15) Blavatsky, Helena: “Hermetic and Kabbalistic Doctrines”, artículo tomado de los “Collected Writings” Vol. XIV recopilados por Boris de Zirkoff.
(16) Blavatsky, Helena: “La Doctrina Secreta” Vol. V, 9a edición, Kier, Buenos Aires, 1986.
(17) Ouspensky, Piotr: Op. Cit.
(18) Waite, Arthur: “Tarô: A Sorte Pelas Cartas”, Ediouro, Sao Paulo, 1985.
(19) Ouspensky, Piotr: Op. Cit.
(20) Waite, Arthur: Op. Cit.
(21) Ouspensky, Piotr: Op. Cit.
Fuente: Revista Atenea 1 - Setiembre 2008
Fátima Soto
ELEMENTOS DE UNA CARTA ASTRAL
*
Los elementos de una Carta Astral son:
Signos
Planetas (Luminarias y Planetas)
Otros cuerpos celestes y Puntos Importantes
Casas
Aspectos
LOS SIGNOS: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario, Piscis.
LOS PLANETAS:
.....LAS LUMINARIAS: El Sol y la Luna.
.....LOS PLANETAS PERSONALES: Mercurio, Venus, Marte.
.....LOS PLANETAS SOCIALES: Júpiter, Saturno.
.....LOS PLANETAS TRANSPERSONALES: Urano, Neptuno y Plutón.
.....OTROS CUERPOS CELESTES: Quirón (es un planetoide).
.....PUNTOS IMPORTANTES: Ascendente, Medio Cielo, Descendente, Bajo Cielo, Luna Negra, Vértex, Nodo Norte Lunar (también llamado cabeza del dragón), Nodo Sur Lunar (también llamado cola del dragón).
LAS CASAS ASTROLÓGICAS: Casa I, Casa II, Casa III, Casa IV, Casa V, Casa VI, Casa VII, Casa VIII, Casa IX, Casa X, Casa XI, Casa XII.
LOS ASPECTOS:
Aspectos Mayores - clásicos o ptolemaicos: Conjunción, Oposición, Trígono, Cuadratura, Sextil.
Aspectos Keplerianos (menores): Semicuadratura, Sesquicuadratura, Semisextil, Quincucio, Quintil, Biquintil, Decil, Tridecil, Semedecil, Quindecil.
Aspectos Exóticos (menores): Novil, Septil, Biseptil, Undecil.
*****
Algunos astrólogos trabajan también con Asteroides y con Estrellas Fijas.
Los elementos de una Carta Astral son:
Signos
Planetas (Luminarias y Planetas)
Otros cuerpos celestes y Puntos Importantes
Casas
Aspectos
LOS SIGNOS: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario, Piscis.
LOS PLANETAS:
.....LAS LUMINARIAS: El Sol y la Luna.
.....LOS PLANETAS PERSONALES: Mercurio, Venus, Marte.
.....LOS PLANETAS SOCIALES: Júpiter, Saturno.
.....LOS PLANETAS TRANSPERSONALES: Urano, Neptuno y Plutón.
.....OTROS CUERPOS CELESTES: Quirón (es un planetoide).
.....PUNTOS IMPORTANTES: Ascendente, Medio Cielo, Descendente, Bajo Cielo, Luna Negra, Vértex, Nodo Norte Lunar (también llamado cabeza del dragón), Nodo Sur Lunar (también llamado cola del dragón).
LAS CASAS ASTROLÓGICAS: Casa I, Casa II, Casa III, Casa IV, Casa V, Casa VI, Casa VII, Casa VIII, Casa IX, Casa X, Casa XI, Casa XII.
LOS ASPECTOS:
Aspectos Mayores - clásicos o ptolemaicos: Conjunción, Oposición, Trígono, Cuadratura, Sextil.
Aspectos Keplerianos (menores): Semicuadratura, Sesquicuadratura, Semisextil, Quincucio, Quintil, Biquintil, Decil, Tridecil, Semedecil, Quindecil.
Aspectos Exóticos (menores): Novil, Septil, Biseptil, Undecil.
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Algunos astrólogos trabajan también con Asteroides y con Estrellas Fijas.
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